ISSN 1666-7948
Revista Electrónica de Ciencia y Educación
Departamento de Química Biológica FCEN-UBA IQUIBICEN
ISSN 1666-7948
Revista Electrónica de Ciencia y Educación
Departamento de Química Biológica FCEN-UBA IQUIBICEN
La Extensión Universitaria en la Universidad de Buenos Aires
Erina Petrera
Laboratorio de Virología: Agentes antivirales y citoprotectores. Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. Universidad de Buenos Aires.
La Universidad de Buenos Aires que conocemos poco se parece a aquella creada en agosto de 1821. Esta Institución que cumple 200 años ha debido evolucionar con el tiempo sorteando tempestades o dejándose llevar por las mareas por las que ha navegado nuestro país.
Haciendo una breve reseña sobre la Extensión en la UBA, encontramos que el concepto de Extensión Universitaria aparece por primera vez en los Estatutos de la Universidad de Buenos Aires recién en la reforma estatutaria del año 1906, como la potestad del Consejo Superior de fundar o fomentar museos e institutos para la extensión universitaria. Es interesante aclarar que la reforma ocurre debido a la gran movilización estudiantil contra el gobierno universitario incapaz de entender la renovación cultural que se estaba llevando a cabo en el país. Más adelante, en el Estatuto de 1923 se establece que el Consejo Superior puede crear recursos para la Extensión Universitaria, aunque en la reforma siguiente, de 1931 y con la Universidad intervenida, se elimina su presupuesto, no obstante, se fomentan actividades como la creación de cursos.
Es en la recuperación reformista de 1956 cuando se crea el Departamento de Extensión Universitaria bajo el lema “la Universidad para el pueblo”. Se plantea la importancia de que la Universidad tenga en cuanta las necesidades del país y que trabaje en conjunto desde la docencia y la investigación para subsanar esas necesidades. Para, además, facilitar el acceso a la universidad de sectores más amplios de la sociedad. La idea es integrar la universidad con su entorno social. Finalmente, en el Estatuto de 1958, la Extensión Universitaria se incorpora a las Bases de la Universidad, especificando que además de su tarea específica de centro de estudios y de enseñanza superior procura difundir los beneficios de su acción cultural y social directa, mediante la extensión universitaria. Durante los 10 años que duró el Departamento, se concretaron muchos proyectos entre los que se destaca el Centro de Desarrollo integral de Isla Maciel, donde el trabajo colaborativo de universitarios y vecinos permitió la apertura de un centro escolar para jóvenes y adultos, un centro de salud, una cooperativa de consumo y de vivienda, un centro juvenil y un centro de recreación infantil. Otros proyectos realizados fueron audiciones de radio educativas, apoyo a organizaciones civiles como la Experiencia modelo de reactivación de la biblioteca popular Almafuerte de Sáenz Peña y la biblioteca popular de Barracas. Este fue un período muy fructífero para la Extensión Universitaria, donde las necesidades de la comunidad eran discutidas entre docentes, graduados, estudiantes y vecinos para luego hacer investigación en los temas relevantes. Lamentablemente, todos los integrantes del departamento renunciaron en agosto de 1966 junto con los docentes de la UBA que dieron esta respuesta colectiva a la intervención dispuesta por el General Onganía luego de la “noche de los bastones largos”.
A partir de estos hechos, la relación de la Universidad con la sociedad fue cambiando, así como también la forma de hacer y ver la extensión.
Con la vuelta a la democracia, en 1984 se crea la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil y el Ciclo Básico Común (CBC), y en 1986, el programa de educación a distancia, UBA XXI.
En los 90, de la mano de la aparición del arancel a los postgrados, la extensión universitaria se transformó mayormente en actividades culturales generalmente aranceladas, ofertas de cursos cortos, talleres, enseñanza de idiomas y también espectáculos, desvirtuando lo que había sido la tradición de compromiso social de la universidad. La nueva extensión universitaria no es del interés de los académicos que se dedican a la investigación o a la docencia.
Luego de la tempestuosa elección del rector en 2002 y del “que se vayan todos”, en 2004, se crea el régimen de subsidios UBANEX, haciéndose efectivo el primer llamado recién en el año 2008. Los subsidios son otorgados a proyectos de extensión que promuevan, estimulen o fortalezcan la vinculación de la Universidad con diferentes sectores de la comunidad, a través de propuestas que transformen la realidad social, económica y productiva y que tiendan a mejorar la calidad de vida de la población. Los proyectos deben involucrar a docentes, estudiantes y organizaciones territoriales o comunitarias, aunque también pueden participar investigadores y graduados. El número de proyectos aprobados pasó de 40 de un total de 92 presentados en 2008 a 186 de 209 en la última convocatoria, que fue la número 12.
Con la idea de intensificar su función social, en el año 2010 la UBA desarrolla las Prácticas Sociales Educativas (PSE), para fomentar la colaboración entre la Universidad y la comunidad. Estas prácticas se establecen como una herramienta para que los estudiantes desarrollen las habilidades y los valores de la ciudadanía, adquieran diversas visiones del mundo y alcancen una posición reflexiva frente a la realidad, a través de la participación, de nuevas y variadas formas, en la vida social. Las PSE son propuestas pedagógicas que privilegian tanto la adquisición de conocimientos como el beneficio concreto en el campo social, atendiendo las necesidades curriculares y de la comunidad. Resultan así, un medio adecuado para colaborar con la integración de la investigación, la enseñanza y la extensión. Con el objeto de que una de las actividades a realizar en la universidad constituya un lazo con la sociedad, a partir del año 2017, las prácticas son obligatorias para obtener el título de grado en todas las facultades de la Universidad.
Durante la actual pandemia, docentes, investigadores y estudiantes de la universidad se involucraron y tuvieron un rol muy importante trabajando para y con la comunidad. Esto pone de manifiesto los valores y la importancia de la extensión universitaria, pero además muestra el compromiso de sus integrantes.
La Extensión Universitaria es tan enriquecedora que a pesar de que la Universidad siga cambiando al compás de los avatares del país, siempre habrá grupos de docentes, investigadores, graduados y estudiantes trabajando en su integración.
Referencias:
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Freijo Becchero F, y Rossi L (2019). Definiciones y alcances del concepto de extensión universitaria a través del análisis de las reformas estatutarias de la Universidad de Buenos Aires. XI Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XXVI Jornadas de Investigación. XV Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. I Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional. I Encuentro de Musicoterapia. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires. https://www.aacademica.org/000-111/192.pdf, accesado 03/07/2021.
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Unzué M (2020). Profesores, científicos e intelectuales: la Universidad de Buenos Aires de 1955 a su Bicentenario. 1a ed. Instituto de Investigaciones Gino Germani - UBA. Libro digital, PDF - (IIGG-CLACSO). http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/iigg-uba/20200508051556/Universidad-Unzue.pdf, accesado 10/07/2021.
Maciel la otra orilla. https://www.youtube.com/watch?v=sJR_DCbl5yk, accesado 05/07/2021.
Estatuto de la Universidad de Buenos Aires. https://www.uba.ar/download/institucional/uba/9-32.pdf, accesado 06/07/2021.
ISSN 1666-7948 www.quimicaviva.qb.fcen.uba.ar |
Revista QuímicaViva Volumen 20, Número 2, Agosto de 2021 |
Publicado en:
Vol 20, Nro 2
Agosto de 2021
Identificador: E0208
DOI:No disponible
Tipo: Editorial
Contacto: Erina Petrera