Alimentación y salud: el apetito y el sistema inmune

 

Comé nene, que te hace bien. Este es el consejo habitual de las madres a sus niños, especialmente cuando están enfermos, ya que todo el mundo sabe que una buena alimentación fortalece el sistema inmune y ayuda a combatir las infecciones.

Sin embargo, hay casos en los que el sistema inmune genera una respuesta contra los tejidos del propio organismo denominada respuesta autoinmune y da lugar a diversas enfermedades.  

Si una nutrición abundante favorece la actividad inmunológica, ¿podría una ingesta reducida de alimentos ayudar a controlar las enfermedades autoinmunes?

  Un estudio reciente realizado por un grupo de investigadores italianos sugiere que ayunar durante períodos cortos de tiempo aliviaría los síntomas  causados por la respuesta autoinmune. El trabajo muestra una relación entre este tipo de enfermedades, el ayuno y la leptina, una molécula clave en la regulación del peso corporal (1).

¿Qué es la leptina? Es una hormona secretada por las células grasas (adipocitos). A mayor cantidad de grasas, mayor producción de leptina. Esta hormona, que interviene en la regulación del apetito y el peso corporal, fue descubierta en 1994, cuando se observó que la falta de esta molécula provocaba obesidad en ratones. A su vez, al inyectar la hormona a ratones obesos, estos perdían peso. Estos resultados crearon enormes expectativas, ya que se pensó que la leptina podría ser la respuesta al problema de la obesidad en humanos, pero desafortunadamente las pruebas realizadas no produjeron la respuesta esperada.

  La leptina interviene en la regulación del apetito, en el metabolismo y la reproducción. La inyección de leptina en ratones no sólo produce pérdida de peso, sino también el aumento de la temperatura corporal y el metabolismo. Los ratones que tienen mutaciones en esta hormona, además de ser obesos, tienen las gónadas, ovarios y testículos, poco desarrollados.  Las personas que carecen de leptina o de sus receptores no entran en la pubertad, y no se desarollan sexualmente. También se ha descripto que la ausencia de esta hormona afecta la formación de los huesos, aumentando su peso y densidad, y se la ha relacionado con el metabolismo de la insulina, el aprovechamiento de nutrientes y la respuesta al estrés.

A esta larga lista de funciones, se suma ahora el efecto de esta hormona sobre la regulación del sistema inmune.

  En un trabajo publicado por un grupo de investigadores de la Universidad de Nápoles liderado por el Dr Matarese en el “Journal of Clinical Investigation” a principios de este año, se reportó un aumento en la concentración de leptina en sangre en ratones utilizados como modelo para el estudio de la esclerosis múltiple.

El aumento en los niveles séricos de la leptina aparecía antes que los síntomas de la enfermedad. Además, estaba en consonancia con la susceptibilidad a la enfermedad, y también con una disminución en la ingesta de alimentos y pérdida de peso. Por otro lado, la privación de comida durante 48 hs, que evitaba el aumento en los niveles de leptina,  provocaba un retraso en el comienzo de la enfermedad, y un alivio de  los síntomas clínicos. Los investigadores observaron que los animales sometidos al ayuno, si bien se enfermaban, presentaban menor cantidad de lesiones cerebrales, menor dificultad para caminar, menor pérdida del equilibrio y mayor fortaleza (1).

Una posible explicación para la relación entre el nivel de leptina y el control del sistema inmune sería la siguiente: durante el ayuno, en el cual los niveles de leptina son bajos, el organismo debe conservar energía. Los bajos niveles de leptina reducen la actividad termogénica, reproductiva e inmunológica, disminuyendo el gasto energético (2).

Se piensa que la esclerosis múltiple se produce por un ataque del sistema inmune a los tejidos del sistema nervioso central, provocando la pérdida de la mielina, su envoltura protectora, causando fatiga, temblores, dificultad en los movimientos y parálisis. Esta enfermedad afecta entre 5 y 30 de cada 100.000 personas en todo el mundo. Existen drogas que alivian los síntomas de la enfermedad mediante la supresión del sistema inmune, pero no existe actualmente una cura.

A partir de los estudios realizados en ratones, la leptina, la hormona del apetito, surge como un nuevo blanco hacia dónde dirigir las investigaciones que procuran encontrar nuevas drogas para el tratamiento de las enfermedades autoinmunes.      

 

Referencias

    

1. Sanna, V.; Di Giacomo, A.;  La Cava, A., Lechler, R.I.; Fontana, S.;  Zappacosta, S.;  and Matarese, G. Leptin surge precedes onset of autoimmune encephalomyelitis and correlates with development of pathogenic T cell responses. Journal of Clinical Investigation, 111, 241 - 250, (2003).

2. Steinman, L.; Conlon, P.; Maki, R.; and Foster, A. The intricate interplay among body weight, stress, and the immune response to friend or foe. Journal of Clinical Investigation, 111, 183 - 185, (2003).  

 

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