¿Qué hay de nuevo acerca del origen de la vida?

  La mayoría de las teorías actuales acerca del origen de la vida en la tierra surgieron alrededor de 1930. Estas proponen la aparición de moléculas orgánicas, que fueron dando origen a macromoléculas, los componentes de la sopa primordial, que luego fueron rodeados por una membrana primitiva, dando origen a las primeras células. En general, estas teorías imaginan este proceso en la superficie de la tierra, en contacto con la particular atmósfera terrestre de esa época, tal vez en pequeños pozos de evaporación, que habrían permitido la concentración de estos componentes.

Es decir, primero la vida, y luego las células.

En un trabajo reciente, William Martin y Michael Russel proponen algo diferente: ellos sugieren que las primeras formas de vida fueron incubadas en células inorgánicas (1). Estos investigadores observaron formaciones de sulfuro de hierro en las proximidades de chimeneas hidrotermales en el fondo el mar que se asemejan a las celdas de un panal de abejas de un tamaño de centésimas de milímetro, un lugar ideal, según ellos, para el comienzo de la vida hace unos 4000 millones de años. El sulfuro de hierro cataliza las reacciones de formación de moléculas orgánicas a partir de sustratos inorgánicos, mecanismo aún utilizado por algunas bacterias. Además, el agua caliente de los manantiales contiene abundantes cantidades de los ingredientes para estas reacciones, tales como amoníaco y monóxido de carbono, que pueden ser utilizados como fuente de energía por numerosas bacterias. Dentro de las celdas de sulfuro de hierro, los compuestos simples podrían concentrarse, facilitando la creación de moléculas complejas como proteínas y material genético. Una vez que las nuevas formas de vida se pudieron rodear de una membrana propia, habrían abandonado su incubadora mineral. Más aún, Martin y Russel proponen que las paredes celulares de los dos dominios más primitivos, Bacteria y Archea, son tan diferentes que esto indicaría que se originaron de manera independiente. 

Esta teoría tiene interesantes derivaciones, ya que implica que la vida en nuestro planeta, o en otros planetas e incluso lunas del sistema solar, sería mucho más probable de lo que se suponía. La vida, dicen los autores, es una consecuencia química de las corrientes de convección  a través de la corteza terrestre, y, en principio, esto podría suceder en cualquier planeta en el que hubiera rocas y humedad. 

 

  1. Martin, W. & Russell, M. On the origins of cells: a hypothesis for the evolutionary transitions from abiotic geochemistry to chemoautotrophic prokaryotes,and from prokaryotes to nucleated cells. Philosophical Transactions of the Royal Society B, published online, doi:10.1098/rstb.2002.1183 (2002).

 


   Novedades Revista QuimicaViva.  Diciembre de 2002
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