Entrevista a Adrián Paenza           

 

“Es una tarea nuestra, de los comunicadores, explicar la importancia de la ciencia para generar un país independiente”

 

Por Susana Gallardo

 

Versión para imprimir

 

 

Adrián Paenza es doctor de Ciencias Matemáticas, egresado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, y fue profesor del Departamento de Matemáticas de esa Facultad. Posee una gran trayectoria en los medios televisivo, radial y gráfico. Actualmente colabora en Veintitres y Página 12. Fue conductor de programas deportivos en televisión, columnista de “Día D” y “Detrás de las noticias”, y conductor de “Periodistas”. Actualmente conduce “Científicos, Industria Argentina”. Recibió el Premio Martín Fierro en varias oportunidades por sus trabajos en el periodismo dedicado al fútbol, al basketball, a la política y también a la ciencia. Publicó el libro Matemática…estás ahí?, que vendió 120 mil ejemplares, y acaba de salir la segunda parte (Episodio 2), con una tirada de 40 mil copias.

 

 

QuímicaViva: ¿Qué fue primero, la pasión por el periodismo deportivo o por la matemática?

 

Adrián Paenza: Es una pregunta difícil de contestar, sobre todo porque no sé la respuesta. Intuyo que estuvo todo ligado, incluso otras áreas, como la música, por ejemplo, pero en esencia yo hacía (hice/hago) muchas cosas, que sólo manifiestan partes de lo que me interesa o de lo que soy.

 

QV: ¿Qué le ha brindado mayores satisfacciones, el periodismo deportivo, el periodismo científico, o la actividad docente y de investigación?

 

AP: No, así planteado me resisto a contestarlo. ¿Cómo podría graduar yo ‘las satisfacciones’? Hoy podría contestar algo, con lo que no creo que estuviera de acuerdo en otro momento de mi vida. En todo caso, la respuesta es que ‘no tengo respuesta’.

 

QV: ¿Ha tenido dedicación exclusiva en la ciencia, o siempre compartió el tiempo con otras actividades?

 

AP: Hubo un momento de mi vida en el que me dediqué exclusivamente a la investigación, que fueron los años en los que hice las materias de doctorado, enseñaba Topología y Análisis Complejo, y terminamos (junto a Néstor Búcari) por escribir nuestras tesis.

 

QV: ¿En qué temas de la matemática ha trabajado?

 

AP: En varios, pero esencialmente en variables complejas y topología diferencial.

 

QV: ¿Ha dirigido trabajos de tesis? ¿tiene discípulos?

 

AP: He dirigido algunos trabajos de tesis de licenciatura, pero mi carrera como investigador es pobre y en todo caso, no creo que ninguno haya seguido mis pasos. Y si lo hizo, debería revisar su decisión.

 

QV: Actualmente está haciendo docencia en el exterior, ¿dónde precisamente?

 

AP: Yo no hago ‘docencia’ en el sentido estricto. Soy profesor de la UBA en uso de licencia y no ‘enseño’ como lo hago (o hice) cuando estoy (estaba) aquí. De todas formas, sí doy muchas charlas y seminarios sobre la didáctica de la matemática.

 

QV: ¿Qué diferencias encuentra entre los distintos ámbitos educativos en los que ha trabajado?

 

AP: En la Argentina, las universidades nacionales tienen una capacidad para producir científicos y trabajos que están en la frontera del conocimiento. Teniendo en cuenta las condiciones en las que se desarrollan (edilicias, de presupuesto, de mantenimiento, en tecnología), es un verdadero milagro. La universidad privada en la Argentina no produce investigadores reconocidos a nivel mundial en la cantidad y calidad que las universidades estatales.

 

QV: ¿Y a partir de su experiencia en el exterior?

 

AP: Depende de la facultad y del país. No es lo mismo la Universidad de Chicago que la Universidad Nacional del Perú, pero, obviamente, ni el presupuesto ni las condiciones en las que se desarrollan las hacen comparables. En todo caso, es  más meritorio lo que generan los limeños por la obvia falta de recursos y asistencia que tienen, bien parecidas a las nuestras. La Universidad de Chicago es privada y tiene un soporte de la sociedad que aquí no existe. Es esperable que sean mejores. Se preparan para eso. El problema es que sólo acceden a ese nivel aquellos que pueden afrontarlo económicamente. Y yo soy un gran defensor de la educación pública, gratuita y laica, obligatoria en los niveles primario y secundario, pero que sea una opción genuina para quienes quieran dedicarse a hacer estudios terciarios.

 

QV: ¿A qué se debió el cambio del periodismo deportivo al periodismo de ciencia?

 

AP: Yo dejé el periodismo dedicado al deporte porque ‘me empujaron por la ventana’. En algún lugar, me hicieron un favor. En el medio, antes de hacer lo que hago hoy, estuve involucrado en el periodismo político y me sentí muy cómodo allí también. No descarto que vuelva a él, sólo dependerá de encontrar las circunstancias adecuadas.

 

QV: En el Centro de Divulgación Científica de Exactas se hizo una encuesta para saber qué factores influyen en la decisión de dedicarse a la ciencia, y se vio que la divulgación cumple un rol destacado. En su caso, ¿qué factor señalaría como decisivo o influyente?

 

AP: Esta es una época particular para la ciencia, o mejor dicho, para la divulgación de la ciencia, porque han aparecido muchas ofertas que en otra época no existían: colecciones de libros (Ciencia que Ladra, que dirige Diego Golombek, las colecciones de Pepe Nun y Leonardo Moledo), los diarios nacionales que ofrecen páginas con gente dedicada a la difusión todos los días, como Nora Bar en La Nación, Leonardo  Moledo en Página 12, la gente de Clarín. Las obras de teatro como Copenhage, La  Prueba o Galileo, o películas como Una Mente Brillante y también La Prueba, por sólo nombrar algunos.

 

QV: Y también su programa, Científicos Industria Argentina

 

AP: Sí, ya lleva cuatro años en la televisión abierta, y también el programa de ciencia de TN, además de algunos canales que llegan del exterior, como el Discovery Channel, National Geographic, The Animal Planet… como se ve, hay un universo de alternativas que antes no existían. Eso, inexorablemente, genera una masa crítica de gente que es seducida por lo que ve, lee y escucha.

 

QV: El descenso en la matrícula de carreras de ciencias exactas y de ingeniería, ¿a qué lo atribuye: al contexto económico de los 90, a la actitud de los medios, que parecen priorizar lo rápido y efectivo?

 

AP: Es algo pendular. No sé a qué atribuírselo, pero en todo caso, me gustaría esperar algunos años antes de sacar conclusiones de ese tipo. La demanda de gente dedicada a informática, aviónica, criptografía, biología molecular, física de partículas, robótica, me hace pensar que en un futuro no muy lejano esa tendencia tendría que modificarse.

 

QV: ¿Tal vez por estar en contacto con directivos de los medios, que son quienes orientan la programación, ¿conoce qué argumentos exponen acerca de esas decisiones, más allá de los puntos de audiencia?

 

AP: No conozco que expongan ningún argumento que no sea el rating.

 

QV: ¿Considera que los medios tienen alguna responsabilidad en orientar las vocaciones de los jóvenes?

 

AP: Los medios son sólo una parte de la sociedad. Adjudicarles responsabilidad significa que uno tiene control  sobre ellos, y eso no es así. El peso recae sobre el Estado. El resto es una decisión privada. Cuanto más educada esté la sociedad en la que nos desenvolvemos, mayor será la demanda por más calidad.

 

QV: ¿Significó mayor audiencia el traspaso de Científicos Industria Argentina Canal 7 a Telefé?

 

AP: Tanto cuando acordé el contrato con Canal 7 como con la gente de Telefé, quedó claro que taxativamente no me importaba el rating. Y así fue. Ahora terminamos la cuarta temporada en el aire, dos años en cada canal y es probable que volvamos al canal estatal, y justamente, si tomamos esa decisión, no estará basada en el rating.

 

QV: ¿Se tienen datos respecto de la audiencia: cantidad de televidentes y sectores sociales?

 

AP: No creo que lo hagan con nuestro programa, pero en todo caso, yo nunca me preocupé en averiguarlo. Pero supongo que alguien debería hacerlo para que nuestras decisiones en  cuanto al tipo de programa que hacemos sean más adecuadas.

 

QV: ¿Por qué se acortó el programa (de una hora a media)?

 

AP: Porque a Telefé le pareció que eso beneficiaría su lucha por el rating. Quizás por eso es que piense en sacar el programa de Telefé, aunque en principio pudiera ofrecer mucho más rating. Como dije antes, el rating del programa no puede ser una variable de ajuste.

 

QV: ¿Cuánto cree que influyó en el éxito de su libro Matemática ¿estás ahí? el ser conocido por sus programas de televisión?

 

AP: Supongo que tiene que haber influido, pero no tengo idea de las proporciones. Igualmente, no ignoro que la notoriedad que me da haber estado en los medios por más de cuarenta años favorece la llegada a la gente.

 

QV: ¿Qué significa la aparición de la segunda parte?

 

AP: La continuidad de un proyecto que se ha transformado en uno de los más importantes de mi vida. Y ahora vamos por el tercero.

 

QV: ¿Cree que alguien que no tiene formación en matemática podría divulgarla?

 

AP: Esa es una interesante pregunta, pero no sabría contestarla porque no hay antecedentes que yo conozca. Pero eso sólo marca una limitación de mi parte, porque quizás sí existan personas que lo han hecho y es posible que con éxito, pero si es así, yo no conozco las experiencias. Igualmente, me parece que para poder explicar algo de matemática en profundidad, colabora fuertemente el haber tenido una formación al menos en alguna de las ciencias llamadas duras.

 

QV: Para que los conocimientos científicos puedan alcanzar a todos los sectores de la población ¿qué cree que se puede hacer?

 

AP: Es una tarea del Estado, indelegable: la formación de educadores y docentes, que no sólo puedan vivir dignamente de su sueldo, sino que accedan a un grado de excelencia en su preparación. El resto, será una consecuencia inexorable. 

 

QV: Teniendo en cuenta el contacto que usted tiene con el público a través de un medio tan masivo como la televisión, ¿cuál le parece que es la percepción del público hacia la ciencia? ¿La ven como una peculiaridad, algo que hace una gente rara y que no se sabe bien para qué sirve?

 

AP: No lo sé. Hablar de ‘la  gente’ me parece muy impreciso y allí cabe todo. Justamente ‘la gente’ es muy variada, y no sólo en poder adquisitivo, sino también en curiosidades, gustos e intereses. Además, como dije antes, hace 20 años todo lo que se ofrece hoy no era posible. Ahora bien: ¿el hecho de que ahora la oferta sea tan variada en calidad y cantidad, ha mejorado la concepción que se tiene de la ciencia en general? Es una reflexión que se me escapa. 

 

QV: ¿Le parece que la sociedad considera que la investigación científica es importante y relevante para el futuro del país?

 

AP: No lo sé, pero espero que sí. En todo caso, es una tarea nuestra, la de los comunicadores, explicar su importancia para generar un país independiente. Un país que no produce ciencia es, inexorablemente, esclavo de lo que importa y depende de quién le vende. Supongo que planteado de esa forma, debería ser suficiente para entender la necesidad de que la produzcamos nosotros.

 

 


ISSN 1666-7948
www.quimicaviva.qb.fcen.uba.ar

Revista QuímicaViva
Número 3, año 5, diciembre 2006
quimicaviva@qb.fcen.uba.ar