La importancia de llamarse “natural”
Erina Petrera
Departamento de Química Biológica, Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Universidad de Buenos Aires
Hay una tendencia bastante extendida a creer que todo lo natural es bueno, para la salud, para el medio ambiente, y que lo sintético es malo. Sin embargo, algunas sustancias naturales pueden ser muy nocivas, incluso mucho más que otras fabricadas en el laboratorio. La idea de que algo natural es bueno, en contraste con que todo lo sintético es malo, está relacionada con pensar que la naturaleza es pura y superior a los humanos.
Se suele culpar a las sustancias químicas pero, es importante aclarar, que tanto los compuestos naturales como los sintéticos son compuestos químicos, por ejemplo el agua es un compuesto químico. Por lo tanto hablar de químicos como sustancias nocivas no tiene sentido. Además, muchos de los compuestos químicos que ahora se sintetizan y se utilizan en la farmacopea fueron obtenidos originalmente de la naturaleza, la aspirina y la morfina son dos de ellos.
Asimismo, las plantas medicinales que han sido utilizadas desde tiempos remotos y a las que se les atribuyen diversas bioactividades, no se preparan o se usan de la misma manera, pudiendo usarse como tisanas, decocciones, maceraciones y otros. Además algunas tienen contraindicaciones o se usan muy diluidas porque son tóxicas.
Las teorías conspiranoicas sobre la avaricia de las compañías farmacéuticas que solo quieren hacer dinero con los compuestos químicos también refuerza la creencia de la bondad de lo natural.
Lamentablemente, no todos los ensayos clínicos realizados con productos naturales han dado buenos resultados. Por lo tanto, muchas de las hierbas o plantas que se consumen no tendrán el efecto esperado. Un problema que tiene el uso de productos naturales es que pueden obtenerse de forma casera y utilizarse como infusiones o tinturas. La producción de estos extractos puede ser nociva en manos inexpertas si se confunden las especies, o se utiliza una parte de la planta equivocada o por contaminación microbiana durante la obtención, etc. Además, los extractos naturales se pueden adquirir por internet sin saber cuál es su procedencia, y muchas veces están adulterados o ni siquiera tienen los activos que proclaman. Sin embargo, no se desconfía de estos productos, solo porque son naturales.
Un problema adicional es el de la interacción con otros medicamentos, un extracto que puede ser inocuo, al interactuar con un medicamento puede hacer que este último deje de tener efecto o aumente su toxicidad. Teniendo en cuenta lo expuesto, es importante investigar y estudiar sobre el tema antes de consumir cualquier producto natural y hacer una consulta médica para descartar posibles interferencias medicamentosas u otras complicaciones.
Además, es imperioso el estudio científico de los extractos naturales para poder usarlos con mayor seguridad.
No está mal ser escépticos, lo que no está bien es sólo desconfiar de lo sintético. Pensemos si no en cuan efectiva resultó la cicuta en la Grecia antigua como castigo para los infractores de la ley.
ISSN 1666-7948
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Número 3, año 23, Diciembre 2024
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