Extensión universitaria en el Departamento de Química Biológica

Erina Petrera1,2 y Roberto Gabriel Pozner1,3

1 Dpto. de Química Biológica. FCEN-UBA. 2 IQUIBICEN-CONICET-UBA. 3Instituto de Medicina Experimental (CONICET-Academia Nacional de Medicina). Buenos Aires, Argentina.

epetrera@qb.fcen.uba.ar

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A fines del siglo XIX, se expande por Europa, con particular fuerza en Francia e Inglaterra, un intenso movimiento a favor de la elevación cultural y científica de los trabajadores. La idea de “ir al pueblo” para mejorar sus condiciones sociales databa de mucho tiempo atrás, pero recién en 1890 aparece la universidad popular ocupando un lugar de privilegio en la educación de los obreros. El modelo clásico de universidad popular estaba patrocinado por actores con distintas ideologías políticas pero con la coincidente idea central de intervenir para el mejoramiento social de los trabajadores a través de la cultura y la ciencia. A mediados del 1900 surge la “extensión universitaria” para complementar a la universidad popular, pero en este caso se trata de grupos de personas interesados en difundir el capital cultural, artístico o científico contando con el respaldo de un medio académico, preferentemente la universidad. Estas prácticas estaban orientadas a los trabajadores adultos de clase media baja y los temas tratados eran de tipo sociológicos, históricos o económicos, pero también se desarrollaban cuestiones de higiene y profilácticas, principalmente difundiendo las enfermedades transmisibles de la época. Los contenidos sobre ciencias exactas como física y química se utilizaban para dar cursos prácticos y también contaban con materias para capacitar y calificar laboralmente.

En nuestro país, la extensión universitaria fue influenciada por la corriente de España, en especial por la Universidad de Oviedo que seguía la corriente de Oxford y Cambridge. La estrecha relación entre los sectores socialistas, republicanos y progresistas hispánicos y sus correspondientes locales lleva, en 1910, a la formación en Buenos Aires del Ateneo Popular, como una asociación de extensión secundaria y universitaria. Es encabezado por Enrique del Valle Iberlucea, secretario general de la Universidad de La Plata (donde la extensión universitaria figura en su estatuto fundacional) con influencias en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, y conformado entre otros universitarios por Alicia Moreau. El Ateneo además de realizar cursos y conferencias, organizaba excursiones y visitas guiadas tanto a lugares públicos como museos, academias, observatorios, etc., como también a plantas industriales o complejos técnicos. A partir del surgimiento del Ateneo Popular se multiplican las experiencias en otros lugares del país, interviniendo en las actividades la Sociedad Luz, el Colegio Nacional Mariano Moreno, el Centro Juan Bautista Alberdi, la Liga de la Educación Racionalista y la Liga Judía de Educación Racionalista. A partir de 1915 el Ateneo Popular comienza a relacionarse con los centros de estudiantes de diversas facultades y luego, con la recientemente formada Federación Universitaria de Buenos Aires, para fortalecer el proyecto de la extensión universitaria.

Pronto se produciría el movimiento estudiantil argentino que desencadenará en la Reforma Universitaria de 1918. Los estudios sobre este movimiento suelen remarcar que el clima generado por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la emergencia de la clase media y el cambio de gobierno fueron los factores principales que contribuyeron a forjar la idea de libertad de pensamiento, americanización y afección por las masas trabajadoras, el vértice del movimiento estudiantil de 1918 que se irradió, desde Córdoba, hacia otros países de América latina.

Entre los principios de la Reforma Universitaria de 1918 se encontraban el cogobierno estudiantil, la autonomía universitaria, la docencia libre, los concursos con jurados con participación estudiantil, la libertad de cátedra, la investigación como función de la universidad, la extensión universitaria y el compromiso con la sociedad. Particularmente, la Universidad de Buenos Aires ha fortalecido estos principios en las reformas posteriores de los años 1960 y 2008, donde se destaca el papel central de la Universidad en el desarrollo de los conocimientos en relación con la enseñanza, la investigación y la extensión como funciones ineludibles. De este modo reafirma su compromiso con la sociedad que le da sentido y la financia. Propone una vinculación social brindando soluciones científicamente fundadas a la sociedad a través de la transferencia científica y tecnológica o mediante la extensión universitaria. Impulsa la imprescindible articulación de las tres funciones básicas de las instituciones universitarias: la docencia, la investigación y la extensión.

Habiendo transcurrido 100 años desde la reforma, las propuestas de extensión universitaria son muy diversas y están dirigidas a distintos interlocutores. Sin embargo, a pesar de constituir uno de los tres pilares fundamentales de la UBA, la extensión no ha recibido el mismo apoyo que la docencia y la investigación, por lo tanto ha quedado un poco relegada, aunque con el paso del tiempo y por el esfuerzo de los extensionistas cada vez se afianza mas. El Departamento de Química Biológica de la FCEN hace muchos años que genera sus propias actividades de extensión, incrementando el número de propuestas y de participantes con el correr del tiempo. Este crecimiento llevó a la creación, en el año 2015, de la Secretaría de Extensión Departamental donde trabajamos para que las actividades de articulación con la escuela media y el público en general sean una herramienta de vinculación con la sociedad que nos permita trabajar con mayor plenitud. Desde esa premisa, quienes suscriben este texto, actuales responsables de la Secretaría queremos compartir el resultado de las actividades de extensión universitaria que nos enorgullecen y convocan al desafío permanente de mejorary renovar las propuestas en un marco de mayor inclusión y popularización de la ciencia que hacemos todos los días.

Nosotros somos los facilitadores, o al menos eso es lo que nos proponemos al hacer nuestra tarea cotidiana, pero son los estudiantes, becarios, docentes e investigadores que firman cada uno de los artículos los verdaderos hacedores de la extensión departamental. A ellos y a todos los integrantes del Departamento que de una manera u otra han permitido que esta experiencia se afiance queremos hacerles llegar nuestro agradecimiento. Por último, celebramos que una revista científica como Química Viva nos haya permitido hacer visible nuestro trabajo.

Referencias:

Barrancos D (1955) El proyecto de extensión universitaria en la Argentina: el movimiento obrero entre 1909 y 1918 en Movimientos sociales en la Argentina, Brasil y Chile, 1880-1930. Buenos Aires: Editorial Biblos; Fundación Simón Rodríguez

Tünnermann Bernheim D (2008) Noventa años de la Reforma Universitaria de Córdoba: 1918-2008. Buenos Aires: Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - CLACSO


ISSN 1666-7948
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Revista QuímicaViva
Número 1, año 17, Abril 2018
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