Opinión de expertos

 

El caso del virus de influenza aviar

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Coordinadora: Dra. Celia E. Coto

Profesora titular consulta. Departamento de Química Biológica.  FCEN.UBA. ex Investigadora superior. CONICET-                                        quimicaviva@qb.fcen.uba.ar

 

TEMA: Manipulación genética del virus de influenza aviar H5N1 para facilitar su capacidad de infección a un huésped mamífero.

 

Participantes:

 

Dr. Rubén P. Laguens  (RPL) . Director del Departamento de Patología de la Universidad Favaloro.

 

Dr. Juan Angel Basualdo (JAB) .Profesor titular de Microbiología y Parasitología. Facultad de Ciencias Médicas. Universidad Nacional de la Plata.

 

Dra. Nélida A. Candurra (NAC). Profesora adjunta regular de Microbiología. Departamento de Química Biológica. FCEN.UBA.

 

Dra. Vilma Savy (VS). ex-Directora del Centro Nacional de Influenza INEI-ANLIS Dr. C.G. Malbrán.

 

Dra. Andrea Pontoriero (AP). Profesional adjunta, Servicio Virosis Respiratorias, Dto. Virología, INEI-ANLIS “Carlos G. Malbrán” Argentina.

 

Dr. Luis Scolaro (LS). Profesor adjunto de Microbiología Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. UBA. Investigador Independiente. CONICET

 

Dra. Cybele García. (CG).  Jefe de Trabajos Prácticos. Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UBA e Investigadora adjunta. CONICET.

 

Dra. Elsa B. Damonte. (EBD). Profesora titular de Microbiología. Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales UBA e Investigadora principal. CONICET.

 

Dr. José R. Oubiña (JRO). Profesor titular de Microbiología y Director del Departamento de Microbiología. Facultad de Ciencias Médicas.UBA. Investigador Independiente. CONICET

 

Dra. Laura E. Alché (LEA). Profesora asociada de Microbiología. Departamento de Química Biológica. Facultad de Ciencias Exactas y Naturales. UBA. Investigadora Independiente. CONICET.

 

Dra. Lucía Cavallaro (LC). Profesora adjunta de Virología DE. Facultad de Farmacia y Bioquímica. UBA

 

Dra. Elsa G. Baumeister (EGB). Director  Centro Nacional de Influenza de la OMS Lab. Nac. de Ref. de Influenza, M. Sal. Servicio Virosis Respiratorias. Departamento Virología INEI-ANLIS "C.G.Malbrán". Argentina

  

Antecedentes del tema

 

 El virus de influenza aviar H5N1 que se encuentra en la Naturaleza no infecta al hombre con facilidad pero cuando lo logra causa enfermedad severa con una mortalidad del 50% o más. A fines de Diciembre de 2011 comenzó un gran revuelo por el conocimiento del contenido de dos trabajos de investigación independientes. Uno de ellos dirigido por el Dr.Ron A.M.Fouchier del Centro Médico Erasmus en Roterdam, Holanda y otro grupo dirigido por el Dr.Yoshihiro Kawaoka en un trabajo conjunto entre la Universidad de Wisconsin y la Universidad de Tokio. En ambos trabajos se trabajó mediante técnicas de ingeniería genética con el objetivo de introducir él o los genes responsables de la transmisión entre mamíferos del virus aviar H5N1. Un trabajo fue aceptado en Science y el otro en Nature. Sin embargo, una vez trascendido el contenido de los mismos hubo en enero del 2012 una reunión de expertos preocupados por la posibilidad de haber creado un virus de extrema peligrosidad que bien podía escapar del laboratorio o podía ser reproducido por bioterroristas. Planteándose numerosas cuestiones éticas sobre el trabajo y el peligro de publicar las técnicas en forma detallada. Se sabe de la existencia de una red de biólogos que realizan investigaciones “caseras” capaces de reproducir muchos trabajos en especial con microorganismos (diybio.org). Como consecuencia se recomendó que la publicación de los trabajos se demorara por un período de 60 días. Loa investigadores aceptaron la situación y justificaron sus trabajos con la necesidad de experimentar con estas cepas mutantes para diseñar vacunas o antivirales ante la eventualidad de una pandemia producida por el virus existente en la naturaleza. Durante estos meses se han reunido nuevamente los expertos y un poco se ha aflojado la tensión, los trabajos están en vías de ser publicados pero para que se entiendan mejor las revistas han acordado otorgarles a los autores un espacio mayor. No obstante se ha formado un comité de bioseguridad referido al tema y se han escuchado voces a favor y en contra de la libertad de trabajo de los investigadores y de la obligatoriedad de publicar los detalles completos de los trabajos.

Bibliografía más reciente: AVIAN INFLUENZA On Second Thought, Flu Papers Get Go-Ahead Jon Cohen*, David Malakoff* Science 6 April 2012:Vol. 336 no. 6077 pp. 19-20

 

Preguntas de la coordinadora y respuestas de los participantes

  

1.   Puede un investigador (o grupo de) realizar experimentos que pongan en riesgo la salud de los seres humanos. Para no apartarnos de la Virología por ejemplo: sería propio invocando a la Ciencia crear un virus HIV que pueda transmitirse por vía aerógena o el avance científico justifica todo.

 

RPL: En el caso planteado no creo que se trate de creación de conocimiento, razón de ser de la ciencia, sino de su aplicación, por lo que dudo si las personas que se dedican a esa actividad, si bien se autodenominan investigadores, lo son en realidad. A diferencia del siglo pasado, en el actual la libertad de investigadores biomédicos es restringida. Todos ellos necesitan financiadores, privados o públicos, que son quienes deciden las líneas de investigación. Pienso que les compete a ellos la decisión acerca de los riesgos, más en el área de producción de vacunas, en la que coexisten la pretensión  de mejorar la salud humana con el interés comercial.

JAB: No

NAC: Un investigador no puede realizar experimentos que pongan en riesgo la salud de los seres humanos. La experimentación básica o aplicada tiene como fin último mejorar la salud humana. No encuentro una justificación para “crear un virus HIV que pueda transmitirse por vía aerógena”.

VS: Existe siempre la probabilidad de que las manipulaciones de microorganismos en el laboratorio puedan ser de riesgo para los seres humanos. Aquí entran  dos aspectos: el primero se refiere al manejo y contención de organismos ya conocidos por su patogenicidad que se producen en los laboratorios a los efectos de obtener vacunas o reactivos y cuyo volumen de producción y manipulaciones necesarias para conseguir lo previsto hacen imprescindible la implementación de estrictas medidas de bioseguridad incluyendo las instalaciones adecuadas (BSL3 y BSL3+) conjuntamente con la adecuada eliminación de residuos. En segundo lugar está la manipulación genética de los microorganismos mediante la cual se crean nuevas variantes biológicas que podrían eventualmente expandirse en la naturaleza y tener efectos desastrosos no sólo para los humanos. En este segundo grupo se ubican los hechos relacionados con los hallazgos recientes con el virus influenza A (H5N1) y que, a mi entender, es una práctica bastante habitual en los laboratorios de investigación en virología en la actualidad con diferentes consecuencias en la obtención de resultados. En este caso, ambos grupos de investigadores lograron obtener una variante de buena transmisibilidad por vía aerógena en mamíferos que, de ser liberado ese virus en la naturaleza, posibilitaría su propagación produciendo una nueva pandemia con el agravante de su ya conocida alta letalidad. ¿Qué buscaban estos investigadores? ¿Obtener un virus que se propague fácilmente?¿O conocer los mecanismos que facilitan esta propagación para encontrar formas de detenerlo? Tengo entendido que los investigadores estaban profundizando en los mecanismos evolutivos de estos virus y que no había un propósito de desarrollo de un agente potencialmente más peligroso que los existentes en la naturaleza. Influenza se propaga en la naturaleza por vía aerógena, lo cual da sentido al hallazgo en cuanto a factibilidad de su ocurrencia natural (no sería lo mismo intentar este tipo de experimentos con HIV cuya aplicación posterior es de difícil asociación con la evolución natural del virus). Además, los virus wild type con los que se trabajó fueron proporcionados por los laboratorios de los países donde estos virus circulan en base a los convenios de colaboración establecidos por la OMS. En este convenio, los países en riesgo de H5N1 ofrecen los aislamientos obtenidos previa firma de acuerdos de transferencia (Material Transfer Agreement) y comparten los beneficios de las investigaciones desarrolladas en laboratorios de alta complejidad. Por ende, los resultados obtenidos deben ser dados a conocer ya que pueden ser de utilidad para estar alertas ante nuevas formas de propagación, nuevas variantes evolutivas y mejorar la vigilancia.

AP: La experimentación científica constituye una importante vía de progreso de los conocimientos sobre la naturaleza humana. Estos conocimientos deben ser aprovechados para incrementar el bienestar, la salud y la calidad de vida del ser humano. En la investigación sobre el ser humano, los intereses de la ciencia y de la sociedad nunca podrán prevalecer sobre el bienestar del sujeto.

LS: Los investigadores en la actualidad han perdido las características de “filósofos naturales” de tiempos pasados y se han transformado en “trabajadores de la ciencia”. Esta conversión merece un cambio de anteojos con los cuales se debería enfocar la respuesta a este primer interrogante. En el caso de los “filósofos naturales” se podría pensar en cierta independencia por parte del científico para decidir qué temas investigar y cómo llevar a cabo la investigación en cuestión. En el caso de los científicos actuales, quienes se desenvuelven en una ciencia que, sin lugar a dudas, aparece como un constructo social evidente, la independencia para llevar a cabo sus investigaciones está limitada justamente por la sociedad que ha “encomendado” la investigación. Un ejemplo claro de este pensamiento es justamente lo que ocurrió con las publicaciones en Science y en Nature de los trabajos científicos que motivan esta discusión. Muy probablemente, los investigadores involucrados en estos trabajos no consigan fondos para continuar con los mismos. Es decir, la sociedad regula su trabajo limitando la difusión de los resultados y restringiendo los fondos para continuar con el tema conflictivo. Con esta reflexión quiero mostrar que ya no es la Ciencia la que demandará explicaciones a un investigador “intrépido” o “inescrupuloso” sino la misma Sociedad en la cual desarrolla sus investigaciones. Para ir un poco más lejos, me arriesgaría a decir: quedémonos tranquilos que los controles funcionan (como funcionaron en este caso).

CG: Afortunadamente hoy en día se ha avanzado mucho con respecto a las normas de seguridad en el laboratorio, y existen profesionales abocados exclusivamente a definirlas y actualizarlas permanentemente. En el caso particular de la experimentación con microorganismos patógenos para el hombre, es imperativo recurrir a laboratorios con una infraestructura adecuada según el nivel de peligrosidad del microorganismo (nivel 1-4). Estos laboratorios cuentan con cabinas de bioseguridad que permiten el manejo de la muestra en aislamiento total, sin contacto alguno con el investigador. Por otro lado, cada investigador es responsable de recibir entrenamiento adecuado antes de comenzar a trabajar en estos laboratorios y de cumplir con las normas de bioseguridad. Al trabajar en estas condiciones, los riesgos para el investigador, así como el escape del agente infeccioso fuera del laboratorio son poco probables. Teniendo en cuenta todo esto, a mi parecer, siempre y cuando se respeten las normas de bioseguridad, el avance científico no debería verse limitado con restricciones a la hora de diseñar experimentos como los publicados por estos dos grupos.

EDB: Considero que esta pregunta amerita dos respuestas distintas pero que no se contradicen entre sí. El avance científico no justifica todo y en el particular ejemplo mencionado no me parecería apropiado crear un virus HIV que pueda transmitirse por vía aerógena. Sin embargo, creo que es lícito para un grupo de investigadores realizar experimentos, con la infraestructura adecuada de bioseguridad, que puedan implicar algún riesgo tomando en consideración, como sucede en muchas decisiones relacionadas con la salud, qué beneficio puede obtenerse para la salud pública que justifique afrontar ese riesgo. No parece aportar ninguna información útil el estudio del cambio de forma de transmisión en HIV ni que ese evento pueda ocurrir en forma natural, situaciones que sí deben tenerse en cuenta en las investigaciones con influenza A H5N1. Siempre es imprescindible que los laboratorios que manipulen este virus cuenten con los niveles de bioseguridad exigidos por las normas de regulación que minimicen las posibilidades de escape, que nunca serán nulas. Por lo tanto, insisto en que lo crucial es el balance riesgo-beneficio que debe ser evaluado no sólo por el investigador sino centralmente por los organismos que financian su trabajo.

JRO: En la mitología griega la Quimera (un animal único con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de dragón) asolaba las tierras con el fuego emanado de sus fauces, hasta que el héroe Belerofonte le dio muerte montado en Pegaso, el caballo alado. En el relato imaginario, el monstruo es abatido por el héroe. ¿Será siempre así en la realidad de nuestros días en esta era biotecnológica?  ¿Qué nos muestra la historia real reciente? Desde sus albores, allá por 1972, cuando el luego Premio Nobel Paul Berg creó moléculas de ADN recombinante ¡quimérico! (Jackson et al, 1972), con la posibilidad posterior de extraer el material genético insertado se albergaba la ¿fantasiosa? idea de que podrían crearse nuevas criaturas quiméricas, como aconteció con los ratones que poseían el gen humano de la hormona de crecimiento o con los chanchos que produjeron insulina humana. En 1986, un nuevo virus vacunal recombinante pox-rabia (virus vaccinia conteniendo el gen de la glicoproteína de envoltura del virus rabia) producido por Kaprowski y colaboradores en el Instituto Wistar de Philadelphia, se introdujo subrepticiamente en Azul, Argentina, para ser inoculado en un lote de 20 vacas. Este experimento se inició sin el conocimiento de las autoridades nacionales (Servicio de Sanidad Animal [SENASA] o repartición oficial alguna), ni tampoco de la Organización Panamericana de la Salud y sin el consentimiento informado de ordeñadores que estuvieron expuestos al nuevo virus, y por ende a peligros desconocidos. Ningún Comité de Bioética argentino examinó el protocolo. En esa instancia, la comunidad científica en su conjunto, se alzó ante la posibilidad de que un virus emergente, del que no se conocían en profundidad sus características patogénicas, pudiera circular en Argentina, logrando impedir la continuación del experimento en vacas y en los inadvertidos ordeñadores (3 de los cuales exhibieron seroconversión para la glicoproteína del virus rábico, al entrar en contacto con las pústulas mamarias bovinas producidas por el virus vaccinia (Grigera et al, 1986). Fue recién en octubre de 1987 cuando esta vacuna recombinante fue ensayada a campo en una superficie militar limitada de 6 km2 en Bélgica y en 1990 cuando pudo utilizarse en EE.UU. (revisado por Martínez SM, 2003). ¿Justificaba en 1986 -en aras del “avance científico”-  que se hubieran avasallado los límites de la ética? El ejemplo viral mencionado en la pregunta es un extremo que ilustra las posibilidades de la ingeniería genética, en este caso con HIV. De todos modos, para tranquilidad del lector, debe consignarse que HIV y otros mortíferos patógenos no son necesariamente los mejores candidatos para el bioterrorismo (Salgado & Kilby, 2009), y que aquél no concuerda con los requerimientos que exige la definición de agentes de bioterrorismo de clase A, B o C del Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta, EE.UU. -CDC, según su sigla en inglés-).Sin embargo, acordando una “licencia” técnica para permitir el ejercicio intelectual al hipotético ejemplo de la pregunta formulada, resultan evidentes los inminentes graves riesgos a los que se expondría el ser humano, si el virus fuese reproducido por bioterroristas o se produjese un escape del laboratorio. Entonces ¿qué debe regular la investigación científica? Si bien en principio, la investigación debería ser libre, debería cada investigador estar sujeto a los límites que su propia conciencia le imponga. Sin embargo, el tema es demasiado complejo, pasible de subjetividad y – por ende- con consecuencias que podrían ser desastrosas para la humanidad, como se demostró tanto en los campos de concentración de la 2da. Guerra mundial, como años después en niños con retraso mental que concurrían a la escuela estatal de Willowbrook (EE.UU.) y que habían sido inoculados con virus causantes de hepatitis. Por eso, el mundo científico generó documentos que intentan objetivar esa evaluación de la moral científica como el Código de Núremberg, y las Declaraciones de Ginebra, Helsinki y sus posteriores actualizaciones. Si bien en alguna instancia podría considerarse legal una determinada investigación, ello no necesariamente implica su licitud. Como en la vida, la conciencia individual del investigador científico debe estar firmemente adherida a la ética. Una ley o conjunto de ellas, puede lograr que lo que en un momento o lugar es ilegal, en otro no lo sea. Los valores de la ética son, en cambio, inmutables a través del tiempo y en todo lugar. Es por ello que el investigador deberá saber sopesar los beneficios a eventuales intereses personales y a su propia curiosidad o los de la comunidad científica, con los potenciales riesgos que sus acciones pueden promover. “Primum non nocere” dice el aforismo, indicando que ante todo, no se debe hacer daño… El lector se preguntará ¿Daño? ¿A quién? A ese ser próximo al que definimos como prójimo. Paradojalmente, uno de los máximos objetivos de la investigación científica es su intención de ayudar al que más lo necesita, nada menos que “ese prójimo”…Ya en 2002, la comunidad científica era sorprendida por un estudio de Jerónimo Cello y colaboradores, publicado en Science, quienes demostraban que era factible la síntesis del virus polio utilizando herramientas químicas/bioquímicas a partir de las secuencias nucleotídicas del virus publicadas en Internet (Cello et al, 2002). ¿Era lícita la publicación de dicho estudio a la luz de lo ocurrido en las Torres gemelas de Nueva York en septiembre de 2001? El debate proseguiría… En octubre de 2005, el grupo de investigación del Dr. Jeffery K.Taubenberger -con un día de diferencia- publicaba un trabajo en Nature (con la secuencia completa de un virus influenza circulante en 1918) y otro en Science (que documentaba los métodos del rescate viral). En definitiva, ambos trabajos estaban relacionados con la “resurrección” (¡si es que los virus “pudieran” considerarse seres vivos!) lograda mediante técnicas de genética inversa a partir del material genético de una cepa viral circulante durante la letal pandemia de 1918, y que ya no existía como tal (Taubenberg et al, 2005; Tumpey et al, 2005). Predeciblemente, esa cepa exhibía significativa virulencia para ratones, lo cual sugería un potencial comportamiento análogo en caso de infectar al hombre. Hace 7 años, la terrible dualidad entre lograr vacunas y antivirales para un virus de significativa virulencia versus la incertidumbre de un eventual escape de laboratorio o de la utilización por bioterroristas de la cepa (re)creada, dividía a la comunidad toda. Como hoy, la necesidad de una ciencia responsable fue esgrimida como un argumento de peso, aunque finalmente ambos estudios fueron publicados,  no habiendo ocurrido hasta la fecha escape alguno de laboratorio ni uso indebido por bioterroristas. Se trata entonces de una “espada de doble filo”, cada uno de los cuales puede hacernos caer en errores irreparables: ya sea el de la excesiva prudencia que impida el avance científico, o -por el contrario- el de publicar sorprendentes revelaciones que podrían ser mal utilizadas por inescrupulosas personas con conocimientos en biología molecular o liberar involuntariamente virus significativamente virulentos al medio ambiente. El ser humano impregna de responsabilidad toda actividad consciente y libre, de modo que la ética evalúa esa acción y la clasifica como buena o mala, en relación a la naturaleza humana. Pretender que una actividad racional  y cargada de intencionalidad, como es la investigación científica, no tenga que rendir cuentas ante el resto de la humanidad, o hacerlo sólo ante tribunales científicos, es tan anacrónico e injusto como la existencia de tribunales “sólo” para nobles o militares o clérigos. En el caso de  las investigaciones lideradas por los doctores Ron A. M. Fouchier (Holanda) y Yoshihiro Kawaoka (EE.UU.), el “National Science Advisory Board for Biosecurity” (NSABB) dictaminó en diciembre de 2011 la inconveniencia de publicar tal como se encontraban en ese momento los manuscritos enviados a Science y Nature, respectivamente, sugiriendo que sólo se mencionaran las conclusiones generales de los hallazgos, sin proveer los detalles técnicos. Sin embargo, en semanas recientes, el veredicto de la NSABB mutó, después de que una reunión de unos 50 expertos convocada por la WHO en Ginebra, contradijo aquel dictamen, indicando que el balance entre los beneficios y los riesgos era favorable a los primeros. En la segunda reunión de la NSABB se consideró por unanimidad que el estudio del grupo del Dr. Kawaoka podía ser publicado en su totalidad, mientras que 12 de los 18 miembros consideraron que el trabajo del grupo de Fouchier debía serlo también. Argumentaron que en el primer caso, resultaban evidentes los esfuerzos del grupo investigador en sólo insertar el gen H5 en un esqueleto génico de otra cepa (de un subtipo diferente) que rara vez mata al hombre, añadiendo además mutaciones que harían que el nuevo virus producido fuese aún menos virulento. En cambio, el estudio de Fouchier fue ahora aceptado por mayoría, luego de haber sido modificada  la versión original, clarificándose la sección “Discusión” al permitir Science una mayor extensión del número de palabras (Cohen & Malakoff, 2012). Entre las múltiples recomendaciones / sugerencias emanadas recientemente, surge la necesidad de una “manipulación segura” de los agentes virales artificialmente creados, lo que implicaría elevar la clase de nivel de bioseguridad BSL3 (recomendado hasta aquí por el CDC) a BSL3 ampliada o BSL4, de los cuales existen unas pocas docenas en el mundo.

 LEA: En primer lugar, un investigador (o grupo de) que se precie como tal no se plantea la realización de experimentos que pongan en riesgo la salud humana. Es cierto que a partir de las hipótesis y de los objetivos del trabajo puede arribar a resultados que, en manos de inescrupulosos, puedan resultar perjudiciales al bien común. Lo importante es que tanto el producto de las investigaciones de Fouchier como de Kawaoka resultará en una contribución a la comprensión de la transmisión del virus de la Influenza aviar H5N1 entre mamíferos. Y, por tanto, en un aporte significativo para prevenir una de las pandemias que más vidas se ha cobrado a lo largo de la historia de la humanidad. En segundo lugar, no hay que perder de vista el contexto: los trabajos de ambos científicos fueron considerados como  investigaciones de riesgo por parte del Senado de los Estados Unidos. No es casual que el senador Lieberman, un hombre clave en pergeñar políticas antiterroristas a nivel internacional, fue quien intervino como orador en el hearing "Biological Security: the risk of dual-use research”, realizado el 26 de abril pasado. Cualquier descubrimiento científico acerca del virus Influenza o del VIH o de cualquier otro, que tenga como objeto, entre otros, la producción de una vacuna o un antiviral constituye un avance, y está plenamente justificado. Aquello que no tiene justificación alguna es la manipulación de potencias como Estados Unidos que colocan los avances científicos al servicio de la propaganda política en nombre del bioterrorismo.  

LC: La respuesta es no. Es importante tener en cuenta que las investigaciones generalmente están subsidiadas por agencias nacionales de Salud, y que los planes de trabajo propuestos son evaluados por expertos en el área del conocimiento de la investigación propuesta. Entonces, tal vez habría que plantear la necesidad de un análisis cuidadoso y ponderación del riesgo biológico devenido del desarrollo del proyecto que se va a financiar. Este sería un punto que debe ser reforzado. Riesgo tanto para los investigadores involucrados en el proyecto como para la comunidad en general. La investigación tiene que tener por objeto aumentar el conocimiento de la biología de un virus o de las infecciones virales que puedan tener impacto en salud humana, animal o vegetal. Acerca de si debiera permitirse el desarrollo de una investigación cuyo objetivo fuera generar una cepa de HIV que pudiera ser transmitida por el aire, la respuesta es NO. Si bien HIV es un virus que es objeto de estudio de un gran número de grupos de investigación en el mundo, resta mucho por conocer acerca de la biología del virus y de sus infecciones en el hombre. Sería fácilmente identificable un objetivo de este tipo como un objetivo no lícito.

 EGB: Hay que evaluar si conocer los mecanismos que con llevan a un cambio de tropismo / ruta de entrada al organismo… constituiría un beneficio para diseñar estrategias de control y prevención que beneficien a los seres humanos. Es necesario comprender la importancia de esos conocimientos en un marco de conciencia pública y reflexionar sobre el grado de bioseguridad y biocustodia que deben tener las instalaciones en los que se desarrollan este tipo de investigaciones.

 

  2.   A su criterio los investigadores justificaron convenientemente sus investigaciones.

 RPL: Pienso que la justificación es válida

 JAB: No se puede justificar nada que no esté aceptado por los comité de ética correspondientes

 NAC: Me parece correcta la justificación de los Drs Kawaoka y Fouchier dado que el conocimiento de las modificaciones que hacen transmisibles entre humanos la cepa H5N1 aviar permitirá implementar antivirales y vacunas adecuadas y mejorar la vigilancia de las cepas aviares que emerjan para poder predecir su patogenicidad en humanos. 

 VS: Si bien no tengo la información concreta de la justificación del trabajo por los investigadores, en ambos grupos se obtuvieron variantes con distintos conjuntos de mutaciones que condujeron a la obtención de un virus H5 con aumentada transmisibilidad en hurones. Desde este punto de vista, los trabajos se presentan como investigaciones conducidas a una mejor comprensión de la transmisibilidad viral en un virus de alta peligrosidad que fue manipulado en condiciones adecuadas de biocontención, lo cual justificaría su realización.

 AP: Fouchier, Kawaoka y sus colaboradores de trabajo aclaran que sus estudios revelan los factores críticos que conducen a la transmisión del virus H5N1 en los mamíferos y que los mismos apuntan al estudio del diseño de nuevas vacunas y drogas antivirales que puedan ser útiles como medidas de control y prevención frente a una posible pandemia producida por el virus existente en la naturaleza. Estos autores sostienen también que sus datos también pueden potencialmente ayudar a los esfuerzos de la vigilancia para detectar mutaciones peligrosas en las aves u otras especies antes de que estas variantes den el salto de especies a humanos. La pregunta que quedaría pendiente por responder es sí realmente es imprescindible tener que recurrir a este tipo de diseños experimentales para obtener los conocimientos y avances que estos investigadores pretenden alcanzar.

 LS: Desconozco los artículos en cuestión pero, más allá de lo que los investigadores pudieron haber justificado, existe una Sociedad que avala las investigaciones científicas que en su seno se realizan. En mi opinión no son los investigadores quienes deben justificar sus proyectos ya que esos proyectos fueron evaluados y aprobados. Es acá donde se despegan los “filósofos naturales” de los “trabajadores de la ciencia”. Para los primeros podríamos pensar en un cuentapropismo respecto de los fondos utilizados para sus investigaciones y ni hablar de la difusión ya que esos resultados generalmente eran atesorados por el mismo filósofo natural que los obtenía. Para los segundos, la situación es de empleados asalariados que vuelven los fondos invertidos por la Sociedad en forma de resultados. Está claro quién es el dueño de los conocimientos en cada caso

 CG: Sí, creo que las investigaciones están justificadas. Es necesaria la manipulación genética de los microorganismos para poder encontrar la manera de combatirlos.

 EDB: Desde el aislamiento inicial de H5N1 en humanos en 1997 y en todos los brotes posteriores que se han dado en forma esporádica y limitada, se ha comprobado la letalidad elevada del virus en los casos confirmados y su escasa capacidad de transmisión entre humanos. Por ello, varios grupos han realizado investigaciones en modelos animales, tratando de encontrar las bases moleculares de la baja transmisibilidad entre humanos y mamíferos en general. Frente a este panorama era factible y esperable que el hallazgo motivo de esta discusión tuviera lugar. En los numerosos trabajos publicados sobre el tema en la última década se declara expresamente el objetivo de entender los requisitos moleculares para una eficiente transmisión humana de H5N1 como meta esencial para la identificación temprana de un potencial virus pandémico surgido en la naturaleza y la aplicación de medidas adecuadas de control. En mi criterio estas razones, también esgrimidas por los autores de las dos publicaciones en que se describen los virus transmisibles entre mamíferos, justifican adecuadamente la investigación. Ya se han descripto varias mutaciones en los virus H5N1 aislados en los distintos brotes, como es usual con Influenza, por lo que creo importante conocer cómo ha ido evolucionando el virus en la naturaleza y si está acercándose o no a la secuencia ahora conocida de una potencial cepa pandémica.

 JRO: Según se menciona en el texto introductorio de Química Viva, los investigadores argumentaron que sus estudios tenían razón de ser en función de la necesidad de contar con una futura vacuna y antivirales en caso de que la cepa actualmente circulante de influenza aviar H5N1 adquiriese una mayor transmisibilidad a nivel interhumano. Si estos fueron los únicos argumentos esgrimidos, podría responderse que ya existe disponibilidad de las cepas candidatas a vacuna para distintos clados del virus A(H5N1) (1, 1.1, 2.1, 2.1.3.2, 2.2, 2.2.1, 2.2.1.1, 2.3.2.1, 2.3.4, 4 y 7.1, quedando pendiente la disponibilidad de la candidata vacunal del clado 2.3.4.2; (datos de Febrero de 2012, según la Organización Mundial de la Salud [WHO, según su sigla en inglés]). Asimismo, los antivirales que son efectivos contra la neuraminidasa del virus A(H5N1) como por ejemplo el oseltamivir o el zanamivir son eficaces frente a este virus. Según los expertos de la WHO, las investigaciones próximas a publicar pueden ser utilizadas para un mejor conocimiento de la patogenia y podrían ser útiles a mejorar futuras vacunas y antivirales. Sin embargo, es menester tener en consideración múltiples factores: a) actualmente la producción de vacunas para influenza demanda alrededor de 6 meses; b) responsables de la industria farmacéutica hicieron saber que sólo promoverán la producción de una vacuna de influenza con potencial de transmisión pandémica, si las autoridades competentes responsables de la Salud Pública lo indicaran cuando la pandemia estuviera documentada; c) la cobertura de la vacuna específica ante la emergencia de la reciente pandemia de influenza A(H1N1)v 2009 alcanzó sólo a un 20% de la población; d) la enfermedad en el cerdo (un hospedador que podría ser crucial para la transmisión al humano) es habitualmente leve, por lo que resulta difícil su detección; e) en 2011 sólo se reportaron 160 secuencias parciales de cepas H5N1, lo que denota una restringida vigilancia (acentuada aún más en los países más pobres), dado que la misma está fundamentalmente dirigida hacia la detección y monitoreo de brotes; f) existe un déficit muy importante en la vigilancia epizoótica mundial de la circulación de cepas de influenza en aves de corral, siendo aún peor  dicha vigilancia en el ganado porcino; y g) la tasa de mortalidad de los casos de influenza H5N1 reportados por la WHO corresponden a aquellos confirmados por el laboratorio (366/602 al 12 de abril de 2012), por lo que podría corresponder a varios órdenes de magnitud inferior, si se tuviesen en consideración las infecciones asintomáticas y aquellas asociadas a enfermedad leve. Por lo expuesto, los estudios próximos a publicar en Science y Nature no parecerían conducir a un beneficio inmediato para la comunidad, sino que podrían contribuir a tomar conciencia de la necesidad de una vigilancia eficaz, global y en tiempo real, que conduciría a un beneficio para la comunidad en el mediano plazo. Lamentablemente, creo que este tipo de vigilancia no es hoy posible teniendo en cuenta la logística disponible. 

 LC: Uno asume que los dos grupos de investigación involucrados en ambas publicaciones de H5N1 tienen subsidios de agencias de salud nacionales o internacionales. En lo personal, no tengo conocimiento de las justificaciones que ambos responsables han dado para justificar el objetivo del trabajo. No sabemos tampoco, si los cambios que cada grupo introdujo para obtener un virus que se transmita vía aérea son los mismos o no. Uno asume inicialmente, que serían distintos. Por otro lado, si bien las cepas virales obtenidas por ambos grupos se transmiten por vía aérea no hay certezas acerca de las diferencias respecto a la virulencia entre ellas. Fouchier, investigador responsable del grupo holandés, ha aclarado públicamente que este nuevo virus si bien se transmite a otros hurones susceptibles, en forma similar a las cepas de influenza estacional, no produjo la muerte de ninguno de los animales que adquirieron la infección. Si bien, el mismo Dr Fouchier había planteado en una reunión realizada a fines del año anterior que el virus que habían obtenido podía ser muy patógeno. Opino, que será fundamental acceder a la publicación completa de ambos grupos para evaluar que características tienen estos virus.

 EGB: En este caso en particular los resultados de estas  investigaciones han dejado claro que los virus H5N1 tienen el potencial de poder transmitirse fácilmente entre las personas, este conocimiento indica y remarca la importancia crítica para mantener una vigilancia continua y que las investigaciones sobre el virus H5N1 no deberían detenerse, como aquellas diseñadas para el desarrollo de antivirales y vacunas. Los resultados de estos estudios proporcionan una importante contribución a la vigilancia de los virus H5N1 y una mejor comprensión de sus propiedades.

  

3.   Qué responsabilidad le cabe a las revistas científicas en la publicación de trabajos que pueden ser peligrosos para la salud humana, animal o vegetal.

 RPL: Creo que a las revistas les cabe solamente controlar la verosimilitud y la calidad de la información.

 JAB: Las revistas científicas (sus editores y comité científico) tienen junto con los autores de los trabajos la responsabilidad total sobre las publicaciones que pueden ser peligrosos para la salud humana.

 NAC: Las revistas científicas deben solicitar información sobre el tipo de bioseguridad del laboratorio donde se realizan procedimientos o se genera material peligroso y su disposición final. Si luego otros investigadores hacen mal uso de los resultados publicados no debería culparse al editor.

 VS: Existe una responsabilidad de las revistas científicas en cuanto a la calidad del trabajo a publicar pero también para evaluar las posibles implicancias de peligro para la salud humana, animal o vegetal y de consideraciones éticas en cuanto al impacto en la sociedad de los resultados obtenidos por la investigación. Por otra parte, creo que se debería enfatizar en la formación de los investigadores la importancia de ejercitar el juicio respecto de los objetivos de su investigación y la diseminación de sus resultados así como a nivel institucional para identificar y detectar situaciones de potencial mal uso de los resultados. 

AP: Las revistas científicas activan la comunicación entre los investigadores académicos. Están al servicio de la sociedad del conocimiento, fomentando la repercusión económico-social de los resultados obtenidos por los investigadores, contribuyendo al crecimiento del saber y al surgimiento de redes científicas. Se entiende que en el proceso de evaluación de un manuscrito participan no solamente editores sino también pares académicos comprometidos con su labor, responsables y calificados para cumplir dicha función. En mi opinión, este grupo de entendidos es responsable de favorecer la diseminación de información verídica y confiable y no de evaluar el “potencial riesgo” que pueda representar cada trabajo de investigación. Así, las revistas científicas no serían responsables del uso posterior de la información publicada por ellas.

 LS: Las revistas actuarían como “filtros” en la información científica que se distribuye mundialmente y continúan siendo una referencia válida que asegura que los resultados publicados revisten un grado de veracidad y eficacia aceptable. Los criterios que garantizan las bondades de un resultado son aceptados y acordados casi unánimemente en el ámbito científico. Sin embargo, la moralidad que se observó al momento de generar el conocimiento no es un tema de concordancia unívoca. El hecho de que los artículos a publicarse sean evaluados por pares, implica el consenso de varias personas (y aquí ya no actúan como científicos) que ponen su propia moral como vara de medida de la moral del artículo en cuestión. En un artículo aparecido en el New York Times recuerdo haber leído algo así como “la generación de armas letales en manos de granjeros” en un artículo que hacía referencia al problema que estamos tratando y la repercusión que podría tener la publicación del artículo cuestionado en granjeros chinos deseosos de experimentar con sus gallinas enfermas de gripe aviar y los hurones caseros, algo a mi entender bastante poco probable.

 CG: Cada revista determina lo que va a publicar en base a la decisión del correspondiente comité editorial, por lo que la responsabilidad es total. Al mismo tiempo, un trabajo que NO debería ser publicado, NO debería haber sido financiado, por lo que de alguna manera la responsabilidad la tenemos todos los que conformamos el ámbito de la investigación científica.

 EBD: La difusión de la información que surge de las investigaciones científicas es una responsabilidad indudable de las revistas que la publican, con el asesoramiento de los revisores elegidos por el editor. Frente a temas conflictivos por el potencial mal uso de los resultados que puedan acarrear un peligro para la salud, los editores deben actuar como un sistema de “filtro” y realizar las consultas con expertos u organismos adecuados para decidir en consenso, si el balance riesgo-beneficio justifica la publicación. No debería negarse ni aceptarse nada en forma automática. El problema es que en la actualidad, los expertos u organismos no están claramente definidos, como surge en el presente caso donde han actuado comités de la OMS, de bioseguridad de EEUU y del Reino Unido. Quizás debería plantearse alguna forma de regulación internacional, aunque siempre de última la decisión final estará en los responsables de la revista.

 JRO: Entiendo que existe también una responsabilidad de las revistas científicas en la publicación de los estudios que pueden conllevar un riesgo en la diseminación de conocimientos que podrían ser nocivos para la salud humana, animal o vegetal. Estas revistas deben contar con un Comité ético de laude en caso de conflictos o que consulte a los organismos pertinentes como se hizo con el NSABB. El problema sigue siendo que una acción de repercusión social masiva, sólo cuente con los fueros propios de un grupo de expertos. Las revistas científicas, son parte de la comunidad, y como tales representan sus más altos intereses. Es aquí donde debería desempeñar un rol central la persona elegida como Editor en Jefe de la revista. Esta persona debería ejercer su rol sin dejarse presionar por los dueños administrativo-económicos de la revista, por el conocimiento de alguno(s) de los coautores o aún por la omisión de sugerencias de los revisores, que podrían tener en cuenta sólo aspectos técnicos del trabajo recibido.

 LEA: Las revistas científicas debieran ocuparse de ser la vía de transmisión del conocimiento a la comunidad científica toda. Para ello, les corresponde evaluar la pertinencia de las investigaciones en cuanto a su originalidad, los antecedentes, la aplicación de los métodos adecuados para lograr los resultados y la consistencia de las conclusiones respectivas. El papel de veedores de los posibles futuros alcances de cualquier  investigación no les compete, sobre todo si tenemos en cuenta el poderoso negocio editorial en que se han convertido.

 LC: Las revistas científicas están hechas por investigadores. En las instrucciones para autores se plantea que la responsabilidad de los resultados que se envían a publicar es responsabilidad de los autores del trabajo, y previo a la publicación se debe declarar que no se falta a normas bioéticas. Respecto a este punto, personalmente creo, que será muy fructífero abrir el debate y poder reflexionar acerca de la cadena de responsabilidades de todos los intervinientes en el proceso de una investigación. Cuanto más podamos debatir este tema, cuantas más voces puedan ser escuchadas, seguramente la conclusión a la que se arribe será más justa. Pero volviendo al comité editorial de una revista científica, deben observar este punto en forma responsable y seguramente el control por parte de sus lectores debiera ser un mecanismo de auditoria continuo.

 EGB: Frente a este tipo de publicaciones sería conveniente solicitar a los investigadores que las instalaciones en las que desarrollan este tipo de investigaciones aseguren el grado necesario de biocontención y biocustodia que impidan violaciones de seguridad y almacenamiento de estos virus.

   

4.   Sobre el tema que discutimos aquí algunos investigadores opinaron que es inaceptable publicar sólo a medias los resultados de las investigaciones ¿usted que opina?

 RPL: Pienso que los resultados deben ser siempre publicados de manera completa, aunque dudo que en una época en la que algunas veces existe más el deseo de patentar que el de producir un conocimiento, ello se lleve siempre a cabo.

 JAB: Lo inaceptable es que se publique el trabajo

 NAC: Se debe publicar todos los resultados que el investigador envía en su manuscrito.

 VS: . Las publicaciones deben presentar la totalidad de los datos obtenidos y métodos utilizados. Los ocultamientos no sirven. ¿Quién decidiría a quién se daría la información total? ¿Qué mecanismos y controles asegurarían la diseminación de la información a ciertos grupos de personas y no a otras?

 AP: Evidencias recientes han demostrado el hecho de que la comprensión de las mutaciones específicas puede mejorar la seguridad, la salud pública y la vigilancia internacional. En mi opinión, los resultados científicos obtenidos por ambos grupos de trabajo deberían ser publicados en su totalidad. Mantener en el anonimato parte de los mismos no asegura que estos resultados se utilicen para fines no deseados. Creo que la decisión transitoria de dilatar la publicación de los resultados observados se opone a incentivar la cooperación global, crítica para los esfuerzos para la preparación de la pandemia, basada en el intercambio libre de información. Es importante tener en cuenta que, de acuerdo a la opinión de expertos que fueron consultados al respecto, los datos descriptos en los manuscritos revisados ​​no parecen proporcionar información que permita de inmediato el uso indebido de la investigación en formas que pudieran poner en peligro la salud pública o la seguridad nacional. El hecho de que el virus H5N1 generado en el laboratorio se transmita eficientemente entre los hurones no implica que sea transmisible entre los seres humanos en general. Sería una utopía pensar que los seres humanos podemos duplicar la enorme diversidad y las presiones de selección que existen en la naturaleza donde se producen eficientemente los virus que pueden causar la muerte.

 LS: Tal vez lo más adecuado hubiese sido patentar estos virus “nuevos” de manera de restringir la información que puede llegar al público. No estoy de acuerdo con publicar sólo a medias los resultados de las investigaciones: una verdad a medias es peor que mil mentiras…

 CG: Yo creo que los resultados deben estar publicados enteramente y con el debido detalle para que pueda ser reproducido en otros laboratorios.

 EBD: La publicación incompleta de las investigaciones presentando sólo conclusiones parciales sin explicitar los resultados y metodología va en contra de la esencia de lo que es una publicación científica. En el tema en discusión, saber que se ha logrado un virus H5N1 transmisible al hurón sin conocer las características del mismo, o sea las mutaciones que cambian su tropismo, anularía el posible beneficio aportado por estos estudios por ejemplo para mejorar la vigilancia epidemiológica en los países donde el virus es considerado endémico en la actualidad. Tampoco parece viable la sugerencia de ciertos expertos de brindar la información completa sólo a “quienes deben conocerla”. ¿Cómo y quién selecciona a estos grupos restringidos? ¿Cómo se mantiene el “secreto” de la información? Respecto a la metodología utilizada, aunque aún no han sido publicados ambos artículos, la información brindada hasta el momento indica que en un trabajo se han seleccionado mutantes virales del virus H5N1 y en el otro, recombinantes por intercambio de fragmentos entre H5N1 y un influenza humano estacional. Es decir, técnicas usuales en los laboratorios de virología molecular, de las cuales podría hacerse un mal uso en términos de construir un arma biológica o bioterrorista aún sin estas publicaciones.

 JRO: En el caso consultado, resulta evidente que los detalles técnicos que permitieron alcanzar los resultados próximos a publicarse fueron conocidos por los principales expertos que asistieron a las reuniones promovidas por la WHO y por la NSABB. Por lo expuesto, parecería que la omisión de detalles técnicos en la publicación, no constituiría una solución para evitar la utilización de las mutantes “emergentes” generadas en los laboratorios de Fouchier y de Kawaoka, para futuros experimentos en otros laboratorios con fines estrictamente científicos (por ejemplo, en estudios de patogenia). Sin embargo, la publicación de los dos estudios aludidos en forma completa y “sin censura” enfrenta la dicotomía que significa que otros investigadores puedan reproducir los resultados obtenidos y avanzar sobre nuevas investigaciones, desarrollando -por ejemplo- nuevos antivirales versus la posibilidad de que manos inescrupulosas se adueñen de datos útiles al bioterrorismo. Lo primero es una realidad, lo segundo un temor. ¿Podría construirse un arma biológica con estas mutantes H5N1? La respuesta parecería ser objetivamente “No”. En este punto, sería conveniente recordar que la cepas generadas han mostrado que son transmisibles entre hurones, lo que no necesariamente asegura que lo sean en humanos (Ma et al, 2007; Smith et al, 2011), que existen vacunas y antivirales para las cepas H5, además del requerimiento de alta capacitación en biología molecular (como por ejemplo, técnicas de genética inversa en influenza). En contraposición, el mero pasaje repetido de cepas aviares en hospederos mamíferos podría conducir a la selección de cepas adaptadas a estos últimos, sin que para ello se requiriese una especial capacitación profesional previa. Por lo expuesto, no parecería tener fundamento ocultar la metodología utilizada (generación de mutantes específicas). Máxime, teniendo en cuenta que recientemente investigadores del CDC y del grupo del Dr. Taubenberger publicaron respectivamente en la revista Virology de enero de 2012 (Chen et al, 2012) y en Journal of Virology  de febrero de este año (Mehle et al, 2012) metodologías y resultados análogos a los que se cuestionaron en Science y Nature. Según el decir de Palese y Wang, se debe realizar un verdadero debate sobre hechos y no meramente sobre temores (Palese & Wang, 2012). Por lo expuesto, no parecería justificarse la omisión de la parte metodológica de los resultados de los trabajos de Fouchier y de Kawaoka, aunque podría considerarse una oportunidad única para muchos investigadores el haberse decidido una pausa en las investigaciones sobre el virus H5N1 (Fouchier et al, 2012; Fouchier et al, 2012), para dar lugar a la reflexión ética como pocas veces ocurrió en la historia de la ciencia. Es menester recordar que la Bioética surge desde el campo bio-médico (y no del campo ético), como una necesidad de guiar la investigación, tal como lo concibiera el Prof. Van Rensselaer Potter  -quien acuñara por vez primera dicho término en 1970-, tendiendo un puente hacia el futuro… (Van Rensselaer Potter, 1971).

 LEA: En efecto, es inaceptable, y debiera motivar una respuesta de rechazo masiva. Sólo nosotros, los investigadores, somos los únicos que conocemos nuestro trabajo y podemos dar cuenta de ello en tiempo y forma.

 LC: Estoy de acuerdo con esta opinión. La censura nunca resulta buena, además no pareciera ser el momento de la publicación, donde debe ejercerse la censura. ¿Quién puede decir esto sí o esto no? Los controles debieran estar en otros puntos del proceso. Además la censura, siempre será el desconocimiento total para algunos mientras quienes censuran conocen la información. El conocimiento se construye sumando al conocimiento previo. Por lo tanto, estoy en total desacuerdo con cualquier tipo de censura parcial o total a nivel de la publicación de resultados obtenidos de una investigación responsable. En el caso particular que nos ocupa ha sido recomendado la publicación de la totalidad de la información, ¿Qué sentido tendría que así no fuese cuando ha sido presentado el borrador de ambos trabajos a una serie de expertos en el tema en distintas reuniones realizadas donde fue debatido a puertas cerradas y previa firma de compromiso de confidecialidad,además ha sido evaluado por revisores y editores de Science y Nature, por los integrantes del NSABB de EEUU (National Science Advisory Board for Biosecurity), miembros de la Organización Mundial de la Salud, de la ASM (American Society of Microbiology),etc.

 EGB: Se había llegado a un consenso para retrasar las publicaciones. Pero existe una tendencia desde una perspectiva de salud pública para la divulgación completa de la información de estos estudios.

 

 5.   ¿La ética está reñida con el avance de la ciencia?

 RPL: Todo conocimiento es potencialmente peligroso, son los hombres los que deciden que hacer con él. La ciencia, como actividad humana de creación de conocimiento, es neutral. Por ello pienso que la ética no está reñida con su avance. Tampoco les caben responsabilidades éticas a los que crean el conocimiento, pero sí los que lo aplican, tanto con la finalidad de mejorar la condición humana como para matar o lucrar. Los principios éticos deben ser aplicados por ellos.

 JAB: La ética debe ser la rectora de todos los trabajos de la ciencia. Los investigadores deberían tener una sólida información y formación de los aspectos bioéticos de su trabajo. El Comité de Ética debería supervisar previamente todos los proyectos de investigación que involucren cualquier tipo de riesgo como consecuencia de ellos.

 NAC: La ética no está reñida con el avance de la ciencia. La ética recuerda al científico que  no todo vale igual y que el fin no justifica los medios. Cada caso particular deberá analizarse para encontrar los límites en que ese avance científico deja de ser beneficioso para la humanidad.

 VS: De ninguna manera. La ética debe prevalecer en todas las áreas del conocimiento y de las actividades humanas. Es imprescindible incorporar un fuerte componente de ética en la formación de los investigadores para que puedan decidir con libertad la orientación de sus trabajos.

 AP: La ciencia permite abordar problemas aparentemente insolubles; en los últimos años ha llegado a un despliegue tan extraordinario de la capacidad de reproducir y modificar la dinámica de los procesos naturales que muchas personas ven con recelo, y a veces con pánico, cierto tipo de investigaciones científicas, porque creen que pueden convertirse en el peor enemigo del ser humano y de su dignidad. ¿Cómo garantizar que la ciencia y la tecnología en alguno de sus avances no van a degradar a los seres humanos, a otros seres vivos y en general a la naturaleza?. Existe la distinción entre lo bueno y lo malo, y le corresponde a cada científico en su esencia como persona tomar la decisión correcta teniendo en cuenta sus necesidades y la de su entorno.

 LS: La ética no está reñida con el avance de la ciencia. Lo que ocurre es que la ciencia no siempre avanza en línea recta y cuando la ciencia encuentra algún tipo de “parates”, como por ejemplo el estancamiento en un determinado paradigma, intenta profundizar en aspectos que no van a contribuir al avance sino a juntar información que, en el mejor de los casos, complementará conocimientos existentes. Teniendo en cuenta que todos los conocimientos científicos pagan un precio por ser generados, el precio en avanzar en línea recta puede ser alto pero redituable mientras que el de profundizar en un paradigma no. Ese precio es el que no hay que perder de vista a la hora de justificar un experimento. En mi opinión, el precio que los investigadores Fouchier y Kawaoka están dispuestos a pagar por sus resultados no justifica los réditos probables. Esto no siempre es así, pensemos en la ética de los experimentos de Jenner, no?

 CG: Sí, absolutamente. Queda claro que toda experimentación en humanos o que tenga como objetivo destruir vidas humanas está fuera de discusión, pero de todas maneras aún resta mucho por debatir en cuestiones de ética en varios campos de la investigación actual (trabajo con animales, células madres, etc). Lo importante es seguir intercambiando opiniones científicas, teniendo siempre en cuenta la preocupación de la sociedad.

 EBD: Uno automáticamente tiende a contestar NO y creo que es efectivamente así. En virología en particular es evidente que esta situación se ha ido complicando en los últimos tiempos por el avance de las herramientas biotecnológicas y de ingeniería genética que parece no tener límites en cuanto a las posibilidades de manipulación de microorganismos. No sería buena la autocensura como freno para el avance de la ciencia, sí el buen criterio que mantenga las normas éticas de qué debe investigarse y qué no, en función del beneficio que se persigue. Y esto no sólo es aplicable para los sofisticados experimentos de hoy en día, sino también se deduce de los avances logrados en los primeros tiempos del desarrollo de la virología humana.

 JRO: La pregunta inicial debería ser: ¿qué es la ética?  Dado que existen dos acepciones posibles, dos interpretaciones divergentes son derivadas de los vocablos griegos “ethos” y  “êthos”, siendo la primera sinónimo de “costumbre” y la última de “segunda morada”, y según Aristóteles, “carácter” o “manera adquirida de ser”. Si la ética fuera una “costumbre”, tendría el mismo significado que la moral (del latín “mos”: costumbre). Si por el contrario, fuera considerada “carácter”, implicaría una reflexión sobre la moral, ya que se cuestiona por qué se consideran válidos algunos y no otros comportamientos, compara pautas morales, y enuncia principios universales a través de la creación de teorías que justifiquen aquello por lo cual vale la pena vivir. Por ende, la  ética debe ir siempre  guiando y acompañando el avance de la ciencia, dado que aquella tiene por objeto los actos que el hombre realiza de modo consciente y libre, y la creación del conocimiento científico es una clara expresión de dicha actividad. La ética debe ser la sabia guía de los científicos (evitando frecuentes eventos de inconducta tales como el plagio, la publicación redundante, la fabricación o la falsificación de datos), los revisores de revistas científicas (evitando utilizar en su propio beneficio datos confidenciales que le son enviados para su revisión o demorando la publicación de lo revisado para permitir su propia publicación sobre un mismo tema) y los editores de dichas revistas (que deben velar por la validez técnica y probidad ética de las investigaciones). Sin embargo, algunos científicos suelen contraargumentar -por ejemplo- que la administración de la vacuna que Edward Jenner aplicó al niño James Phipps el 14 de mayo de 1796 conteniendo pus de una pústula de la mano de una ordeñadora (Sarah Nelmes) que padecía la viruela de la vaca, y el ulterior desafío con líquido de una lesión de un paciente con viruela, no sería aprobada en nuestros días por un Comité de Ética, por lo que putativamente, la ciencia no habría avanzado si un “pudor ético” hubiese sido interpuesto en aquella época, cuando prevalecía la falacia ética de Niccolò Macchiavelli (Maquiavelo), que afirma que el fin logrado, justifica los medios empleados… Lo que esos científicos de nuestros días suelen no tener presente es que Jenner conocía desde 1762 que quienes padecían la viruela bovina (enfermedad de los ordeñadores) exhibían resistencia a la viruela y que luego de un meticuloso estudio epidemiológico sobre 28 individuos, había sustentado científicamente su hipótesis de la generación de una protección (antiviral) heteróloga y su premonición de que algún día la viruela humana sería erradicada de la faz de la tierra… De todas formas, en nuestros días, la superación del paternalismo médico y la valoración de la autonomía del paciente, constituyen avances que están fuera de toda discusión y que se incluyen en cuanto documento de bioética se emite en el mundo.

LEA: No, en absoluto. Aquello que está reñido con el avance de la ciencia es la manipulación de la ética al servicio de intereses completamente ajenos al conocimiento científico.

 LC: No la ética no está reñida con el avance de la ciencia, en absoluto. Creo que términos como la ética son muy amplios y hasta en algunos casos subjetivos. Habrá situaciones que algunos consideren que no cumplen con la ética y otros que opinen lo contrario. Entonces, otra vez, habría que reflexionar acerca de cómo la ética y la ciencia conviven y se retroalimentan. Estos conceptos tan importantes no deben ser teñidos por acciones de organizaciones con fines no lícitos, sino que deben repensarse todo el tiempo pensando en quienes trabajan con fines lícitos y tratando de aportar algo al avance del conocimiento en un área determinado. De esas otras organizaciones debería ocuparse la ley, y ahí los científicos podrían hacer su aporte para contribuir a una legislación que pudiera prever estos hechos desafortunados. 

 EGB: Estos estudios han planteado cuestiones importantes sobre si es valido aumentar riesgos para la seguridad de los seres humanos. Preocupaciones sobre el mal uso potencial de los resultados o de los métodos, así como posibles infracciones en materia de seguridad y bioseguridad. Estos trabajos ponen de manifiesto que los virus de influenza A (H5N1) siguen siendo un riesgo importante de causar una pandemia futura y que investigaciones sobre la transmisibilidad y patogenicidad deberían llevarse a cabo con el fin de diseñar / contar con herramientas que reduzcan el peligro que constituyen estas infecciones para los humanos. Siempre que los estudios se desarrollen en un marco de conciencia pública, se evalúe la importancia de los posibles conocimientos a alcanzar y se contemplen los niveles de bioseguridad y biocustodia adecuados, los avances de la ciencia no transitarían por caminos opuestos a los de la ética.

Conclusiones

Agradecemos la participación de diferentes investigadores, algunos de ellos expertos en el tema de influenza, que han brindado sus opiniones en forma libre y sin restricciones. Sus respuestas no han sido moderadas y son producto directo de su pensamiento. Quisiera simplemente transcribir una oración vertida por una joven investigadora que resume, a mi criterio, lo que debe guiarnos en los procesos de investigación: “ En la investigación sobre el ser humano los intereses de la ciencia y de la sociedad nunca podrán prevalecer sobre el bienestar del sujeto”

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Revista QuímicaViva
Número 1, año 11, Mayo 2012
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