En Las Ciudades Invisibles de Ítalo Calvino, Kublai Kan imagina ciudades de su reino inmenso y desconocido a través del relato de Marco Polo. Con la concisión que le elogiaba a Borges,  Calvino inicia el relato de cada ciudad poniéndole un nombre y a partir de lo que esa palabra refiere se construyen una a una las ciudades que Marco describirá al emperador. El Gran Kan lo escucha con atención, de ellas depende su imagen del reino.

 
Con mucha menos poesía, en nuestro inmenso y apenas conocido reino de las macromoléculas, todos los días se eligen nombres  para “bautizar” nuevos integrantes y, entre los “caminos” celulares donde más descubrimientos (y bautismos) se han realizado en estos últimos años, se destacan -y se han premiado con varios Nobel-  los que llevan señales del exterior al citoplasma y núcleo de las células, conocidos en lenguaje bioquímico como vías de transducción de señales (cellular signaling o signal transduction).
Si el siglo de la globalización y las comunicaciones nos sentó frente a una pantalla y un  teclado, en el campo de la biología celular los científicos hicieron de esta evolución una cuestión de células y ahora para saber cómo “hablan” las células nos armarnos de paciencia yendo de la sigla al pathway.
 
Sin embargo, entrenados como estamos, ¿podemos identificar en un minuto, sin repetir y sin soplar, Grb, Raf, NFkB, ERK, de dónde derivan sus nombres, dónde se encuentran estas moléculas, qué mensaje “comunican”?
 
La propuesta desde este espacio es hacer un ejercicio de memoria y puntería que consiste en indicar, a partir de una sigla, de dónde deriva su nombre, dónde y cómo “juega su papel” de comunicador celular, un acertijo cuya solución está a la vuelta de uno mismo (y de esta página).
 

 

quiere decir...
la función de esta molécula es...
participa en la transducción de señales de....

 

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