Otros casos de química legal

Casos de química legal

por la Dra. Alicia G. Faletti 

 Toxicología y Química Legal

En esta sección  se describen los detalles sobre Toxicología y Química Forense de casos resonantes que llegaron a la Justicia, algunos se han resuelto y otros aún no.

  

Un caso de falsificación de documentos

 

La falsificación de documentos comenzó con la aparición del papiro con los egipcios, aproximadamente 3500 años aC. Ya sea para estafar, esconder los hechos, anular un contrato o por lo que sea, el hombre se las ingenió para alterar documentos. ¿Qué tiene que ver esto con los químicos? Pues mucho. En caso de manuscritos, el perito calígrafo será el encargado de determinar la autenticidad o no del escrito o la firma. Aunque la firma o la escritura pueda ser auténtica, la fecha, agregados u otros detalles en el contenido pueden ser discutidos. Acá es donde entran los químicos mediante una "pericia química del documento". Análisis de tintas, antigüedad de las distintas partes del documento, enmiendas, borrados, etc.

 

El 13 de marzo de 1993 un cajero de un Banco de Buenos Aires, atendió a un cliente que realizó un depósito acompañado del recibo correspondiente completado a mano. El cajero verificó la cifra, contó el dinero y selló el reverso del talón y de la nota de crédito correspondiente. Días después el cliente reclamó al Banco que la cifra depositada en su oportunidad era mucho menor al depósito en cuestión. Posteriormente el cliente comenzó una acción legal contra el Banco debido a que la cifra que figuraba en el comprobante, debidamente sellado, era de $125.000 y en su cuenta se le había depositado sólo $125.-, cifra que coincidía con el arqueo de caja del 13 de marzo.

 

Para el cajero, sospechoso de cometer el fraude, comenzaba una larga odisea que no terminó sino hasta 1997. El juzgado actuante solicitó una pericia sobre los documentos. Mediante UV el resultado fue claro y contundente: "en la boleta de depósito del Banco se habían borrado los tres ceros de la cifra 125.000, mientras que en el talón comprobante no había indicios de dolo alguno", lo que estaba avalado por el sello en el reverso.

 

Para darle una segunda oportunidad al cajero, que obviamente era el sospechoso, el Banco solicitó la participación de peritos de parte para resolver las dos hipótesis más relevantes hasta el momento: ¿la adulteración fue antes o después del depósito?

 

Hasta el momento era claro que los tres ceros de la boleta, que habían sido borrados mediante un borrado químico ya que el papel no presentaba daños, aparecían cuando se los iluminaba con luz ultravioleta. También se observaba que en la cara posterior y exactamente sobre la zona del borrado se encontraba estampado el sello de color rojo del Banco. En primer lugar se determinaron las características de las tintas utilizadas, esto es, tipo de tinta, probabilidad de borrado, marca, etc. La tinta de escritura era del tipo azul lavable con colorantes reducibles y vehículos acuosos, que a través de técnicas cromatográficas coincidía con una marca conocida. A su vez también se conoció el borratinta utilizado por los efectos residuales observados en las zonas de lavado. Para conocer el momento del borrado (antes o después del sello) se solicitó al Banco la tinta de sello rojo que utilizaban los cajeros en ese período de tiempo y se realizaron múltiples pruebas de sellar el reverso de boletas de depósito, realizar borrados químicos y observar las alteraciones producidas sobre la tinta de sello. Estas pruebas dieron como resultado:

 

·                                 La tinta roja remitida por el Banco no coincidía con ninguna de las tintas halladas en el elemento sellador. Porqué no coincidían?

·                                 El elemento sellador tenía más de una tinta. A partir de cuando se cambiaron las tintas?

·                                 La tinta del sello del documento era de características inalterables y distintas al resto presentada por el Banco. Esto, era casualidad?

 

Según estas pruebas, se solicitó nuevamente al Banco la remisión de boletas de depósito de todas las cajas que operaron durante los meses de febrero, marzo y abril de ese año.  Esto implicó miles de boletas de distintos cajeros a las que se les analizaron el tipo de tinta de sello utilizada en cada una. Después de un exhaustivo análisis de cada muestra recibida, se concluyó que la tinta remitida por el Banco no coincidía con la utilizada por el cajero en cuestión. El fabricante había cambiado su composición, por lo tanto no se pudo concluir si el borrado químico había sido anterior o posterior al estampado del sello en el reverso.

 

Hasta acá el informe pericial consideró que según los estudios realizados ninguna de las dos hipótesis principales podían descartarse dado que no encontraron elementos de juicio que permitan establecer si el sello fue colocado con anterioridad o posterioridad al borrado, ni que los ceros a continuación de "125" fueron o no asentados junto con los números 125 o bien existieron dos momentos escriturales diferentes.

 

Sin embargo los peritos actuantes observaron un detalle a tener en cuenta. La cifra en el talón de recibo del cliente está escrito como "125.000=" (fig 1) con la doble línea en el sector de los centavos. En la boleta cuestionada (fig 2), las cantidades numéricas están escritas de otra manera: "125.-" sin utilizar el sector de centavos y el borrado químico, como lo explica el informe pericial, sólo fue realizado debajo de la línea anulatoria y no en el cuadrante correspondiente a los centavos. En la fig 3 se muestra la fotografía del documento bajo la acción de la luz UV donde se pueden observar claramente los números "000" debajo de la línea anulatoria.

 

Esto indica que si previo al depósito se escribió, en ambas partes de la boleta, la cifra 125.000= con doble línea en el sector de los centavos, el borrado químico posterior mostraría una alteración también en el casillero de los centavos, donde debería haber estado la doble línea anulatoria "=".

 

Cuadro de texto: Fig 2

 

Cuadro de texto: Fig 1

 

           

 

                                            

Cuadro de texto: Fig 3

 

 

 

 


De todas estas posibilidades surgen 2 hipótesis:

 

1.                              El depositante asentó inicialmente en el talón "125.  =" y "125.000" en la nota de crédito. Luego borró los tres ceros y colocó la raya anulatoria para que quede "125.-" Posteriormente depositó 125 pesos que era lo visible a ojo desnudo en ambas partes del documento. Luego en el talón agregó los tres ceros con el mismo elemento escritor original.

2.       El depositante colocó "125.000=" en el talón y "125.000" en la nota de crédito. Luego de efectuarse el depósito de 125.000 pesos en el Banco se borraron los tres ceros (no así el punto a continuación de 125) y se colocó una raya anulatoria sobre el borrado. Para llevar a cabo este proceso se deberían haber dado una serie de circunstancias simultáneamente:

·         No asentar las cifras de igual manera (lo cual es poco probable) en un acto rutinario.

·         La tinta utilizada era lavable y se decolora rápidamente con borratintas comerciales.

·         La tinta de los sellos colocados al dorso de la boleta era inalterable a los agentes químicos. Se debe recordar que las tintas utilizadas por el Banco producían derrames o decoloraciones, por lo que se trataría de sellar en un lugar no comprometido y no exactamente detrás de la escritura.

·         Imaginar una raya anulatoria grafológicamente similar a la del talón.

·         Olvidarse de borrar el punto después de 125 o ignorar las reglas matemáticas que no colocan punto después de una cifra entera.

 

Después de todos estos análisis y observaciones de las evidencias, el informe de los peritos de parte concluye:

"La probabilidad que el cajero recibiera el 13 de marzo de 1993 una boleta de depósito con una cifra interesante de borrar, trazada con tinta lavable, que se borrara  con un borratinta comercial que lo eliminara rápidamente, que no derramara o alterara el sello puesto en reverso justo detrás del borrado porque la tinta de sello era inalterable, de recordar forma y diseño del trazo de la raya anulatoria que vio por algunos segundos en el talón, de hacerlo con una tinta similar, de olvidarse de borrar el punto, etc. etc. etc. es lógicamente mucho menor a que se cumpla la primera hipótesis".  

 

 

Un ejemplo de perfiles cromatográficos obtenidos mediante Cromatografía líquida de alta presión (HPLC) en el análisis de dos tintas

La detección de los picos se realizó por espectrofotometría visible y UV

 

Los espectros que se muestran en las Figura 1 y Figura 2 a continuación corresponden cada uno a una tinta distinta.

El análisis cuali y cuantitativo se realizó por espectrofotometría en el UV (arriba) y el visible (abajo).

Los picos que se observan en longitudes de onda del visible presentan perfiles similares para las dos tintas, indicando que los colorantes de ambas tienen la misma composición cuali y cuantitativa. Sin embargo, el análisis bajo luz UV muestra que las composiciones cuantitativas de los vehículos son distintas.